lunes, 6 de febrero de 2012

La ética y la moral

Antes que todo, me disculpo nuevamente por mi falta de tiempo.


Hoy les hablo de un tema que fui postergando hasta encontrar el momento adecuado. Había tocado ligeramente la palabra "moralista" en mi anterior entrada, pero no profundicé. Y eso se debe a que, para profundizar sobre la ética y la moral hace falta una tesis completa (y cuidado si uno se queda corto). Sin embargo, trataré de resumir posiciones, para lograr que al menos lo esencial quepa en una simple entrada de blog.


Empezaré por distinguir ambos términos. Moral, dicho de una manera superficial, debido a su profundidad, es un conjunto de normas que rigen la conducta de un ser humano. Ética, un término mucho más ambiguo, puede significar dos cosas: el estudio de la moral (que a veces incluye el buen vivir, en función a la moral), como tal, o la conciencia y/o percepción de la moral que posee una persona.


Aunque generalmente se les usa como sinónimos, no lo son, pese a estar estrechamente relacionados. La moral son las normas en sí, y la ética la percepción que se tiene de la misma. La ética existe en función de la moral, y viceversa.  Si no existiera la moral, entre muchos problemas que habría, estaría la imposibilidad de estudiarla, y sin ética, las reglas de la moral no estarían sujetas al cambio constante por el que han pasado a lo largo de la historia. Se complementan el uno al otro.


Digamos que las reglas de la moral establecen que una persona que las siga es "bueno". Ésa, aunque necesaria para que haya orden, es una afirmación extremadamente ambigua, subjetiva, y en muchos casos (sobretodo en los cuales las reglas morales de una sociedad son muy, muy mediocres) errónea.


Sin moral y ética la vida humana sería un pandemonium, donde, guiados por nuestro instinto de supervivencia y nuestra inteligencia, estaríamos condenados a constantes, si no incesantes, brutalidades y bestialidades. Una existencia mediocre, en resumen.


Minerva, el equivalente romano de Atena, usualmente representaba, además de otras cosas, la moral. 




Las leyes que han conformado y conforman actualmente las diferentes sociedades del mundo están influenciadas de una u otra manera por la ética y la moral, y, a su vez, viceversa. Las leyes, y algunas vees todo el marco político y jurídico, en muchos casos, han influenciado la moral y la ética de las sociedades a lo largo de la historia.


Ahora vamos al punto: ¿Cómo determinamos si algo es ético o va acorde con la moralidad? Es un asunto que se ha debatido durante toda la existencia humana. Generalmente, la sociedad llega a un consenso, basándose en la opinión de sus intelectuales. Y esto ha funcionado en la mayoría de los casos. Ahora, hay y/o hubo casos en los cuales la estupidez de los "intelectuales" y de la sociedad en general (y en esto incluyo a los gobernantes de la misma) han creado códigos morales que son aterradores, brutales. Errores (y esta es sólo mi opinión) como la moral musulmana, muy, muy discriminatoria, salvaje, absolutamente opuesta al progreso, el civilísimo, y la diversidad y abundancia cultural, que además es impuesta a todos sin importar sus voluntades.


Hasta el código moral más inclusivo, y  que se acerca más a la perfección a simple vista  se volverá, si no se da una situación de ignorancia difundida y castigo de la diversidad cultural como la musulmana o la cristiana en las edades medias, obsoleto en unas décadas. Inclusive, hasta el código moral más aceptado y perfecto puede estar completamente errado con el transcurso de medio siglo, a veces hasta menos.


Como sucede con las leyes, los humanos rompen las reglas morales que ellos mismos han creado para regirse (otra muestra más de nuestra hipocresía constante y falta de criterio). Sólo que la cantidad de veces y la frecuencia con las que se rompen las normas morales es mucho mayor que lo que sucede con las leyes.


La ética ha designado una nomenclatura para lo que serían quienes la rompen:


Amoral: aquel que no reconoce ni respeta ninguna norma o ley. Considera que sólo su persona se puede regir moralmente, y no necesita normas impuestas para regirse.


Inmoral: Aquel que reconoce las normas de la ética pero decide no seguirlas.


Éstos términos se contraponen a moralista, o aquel que adopta fanáticamente un código moral. Y es un tipo de persona muy peligrosa, tanto como un inmoral o un amoral, porque no tolera cualquier violación a la ética que predica y es capaz hasta de matar por "su ética". Y, peor aun, es cuando al fanatismo moral se le une la religión, produciendo un moralista intolerante a todo aquel que difiera de su religión (o, si el moralista es ateo, de su ateísmo), produciendo lo que generalmente llamamos puritano. Un claro ejemplo del puritanismo y sus daños es el terrorismo religioso, que generó catástrofes como las del 11 de septiembre del 2001. 


Sin embargo, la cantidad de consideraciones éticas y éticas de vida es tan grande como la cantidad de personas que viven en el mundo.Lo que es ético (es decir, moralmente válido, hasta bueno) para uno, puede ser completamente antiético para otro.  Las concepciones éticas de una persona dependen de su formación educativa, además del tipo de valores que recibió durante toda su vida (en especial en su niñez y adolescencia), y un innumerable montón de cosas más. 


Es por eso que, aunque hay una ética común alcanzada por consenso social, partes de la misma están en un constante debate. Por ejemplo, el famoso debate sobre el aborto, o aquel sobre la eutanasia. Debido a que la ética es algo puramente subjetivo, la lógica no logra ofrecer soluciones a este tipo de discordancias. Los filósofos han estado en un constante debate desde sobre asuntos éticos desde la mismísima concepción de la filosofía, y a pesar de siglos de discusión, no se ha llegado a una solución.


Es preciso decir que las religiones tienen una gran influencia en los códigos morales de las sociedades en general, sobretodo si la religión en cuestión es practicada por gran cantidad de personas que conforman dicha sociedad; pero, aunque las religiones tienen códigos morales determinados, en la inmensa mayoría de los casos los creyentes de una u otra religión difieren en al menos un aspecto con la que practican. Inclusive, como sucede con los códigos morales sociales, hay fragmentos enteros de códigos éticos religiosos que se han debatido una y otra vez, sin llegar a un consenso. Sin embargo, hay que resaltar que un código moral determinado cobra mayor fuerza si es predicado por una o varias religiones, en especial si la o las mismas son predicadas por la mayoría de los que constituyen la sociedad.


L'Innocence, de Bouguereau, una de las muchas representaciones del bien.




Muchos códigos éticos basan su fundamento en la existencia de una o varias deidades, que "darían" a los humanos estas normas como basamentos de una conducta agradable a los mismos. Pese a esto, la existencia de la ética sin religión es perfectamente viable, y se han visto muchos ejemplos a lo largo de la historia.


Hay, también, una infinidad de casos en los cuales se debe romper una norma para cumplir otra, y se da lugar a debates éticos, como el famoso Dilema del tranvía.


En conclusión, no existe una ética determinada. Soy de los que cree que la ética de cada persona debe ajustarse a ciertos ideales, como la vida, la libertad, la justicia, entre otros, pero como éstos son términos subjetivos, no puedo dar una ética determinada. ¿Cómo decimos qué está bien y qué no?


No hemos encontrado la respuesta, y dudo que lleguemos a estar todos de acuerdo algún día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario